En campañas de publicidad, en envases de producto, en tarjetas de visita, en los carteles de pisos en venta… Sin duda alguna, esta imagen se ha convertido en un elemento habitual de nuestro día a día:
Generar un código QR es tan fácil (el que ves en la imagen lo acabo de hacer ahora… ¿adivinas a dónde redirige?) que ya se ha convertido en el principal vehículo para trasladarnos de un soporte físico a un entorno virtual con una simple captura de imagen.
Pero… ¿Todos los códigos QR nos aportan un valor real?
Para dar respuesta a esta pregunta deberíamos tener en cuenta, al menos, estos 5 conceptos: